Oui-Non

Cuando hablo sobre un perfume casi siempre lo relaciono con la memoria, los recuerdos o los sentimientos que guarda entre sus notas. De todos nuestros sentidos, creo que el olfato es el que menos alterado se ve con el paso del tiempo.
 Después de tantos años me sigo acordando del primer perfume que me regalaron o del primer perfume que compré con mi primer sueldo y de todas las emociones captadas en aquellos momentos. Estas cosas son especiales para nosotros, los que apreciamos y entendemos la esencia de un perfume como algo más que un simple aroma.

Oui-Non de Kookaï fue el primer perfume que le compré a mi madre.
Tenía casi 14 años y había ahorrado mi paga semanal durante más de seis meses solamente para comprarle algo especial por su cumpleaños, por nuestro cumpleaños de hecho -la vida es así de imprevista, y regalarme a mi madre justo en su cumpleaños fue el x de su ecuación.
Volviendo a mi historia, decidí que el mejor regalo para ella sería un perfume, un aroma mágico.
 Era un día soleado de primavera cuando cogí a mi hermana pequeña (del cuidado de la cual yo era la principal encargada) de la mano y salimos en busqueda del Santo Grial.
Decidimos entrar en una de las boutiques más lujosas de nuestra pequeña ciudad. Nada más pasar por las inmensas puertas nos recibió la mirada penetrante y de superioridad de la dependienta, el tipo de mirada de -no pertenecen aquí, mocosas. Y aunque siempre he sido bastante tímida y normalmente en casos como este hubiese salido pitando por la puerta, en aquel momento tan especial para mi no le hice el menor caso a la dependienta y agarrando a  hermana de la mano pisamos el territorio del "enemigo" como si fuese el nuestro. Era un momento demasiado importante para mi como para permitir a alguien estropearlo.
   En cuanto vio que llevábamos dinero encima y que nuestra intención de comprar algo era real, nos atendió con la mejor amabilidad del mundo (si, volví a mirarla, era la misma persona).
Cuando empezó a preguntarnos por los gustos de nuestra madre fue como sí nos preguntaría el mundo desaparecido de Atlantis, porque no teníamos la menor idea de lo que estaba hablando. Mi madre nunca había tenido un perfume de marca, solía usar las típicas colonias baratas que venden en la droguería, especialmente las de lirios del valle y manzana verde.
Extendió sobre el mostrador varios perfumes de diferentes marcas para que los probasemos. La desilusión venía con los precios del fondo de cada botellita, que eran demasiado altos para mis pobres ahorros y tengo que reconocer que en más de una ocasión tuve la sensación que nos íbamos a casa con las manos vacias. Probamos Roma y Venecia de Laura Biagiotti, Classic de Jean Paul Gaultier, y otros cuantos de Dior, Gucci y Dolce y Gabanna. No nos convencía ninguno.
De repente se paró donde estaba el Oui-Non. - Este es nuevo, nos dice. Recien llegado desde Paris. - ¡Wow, Paris!, pensé. Paris, mi tierra de ensueño, era capaz de comprar cualquier cosa si se me decía que venía de Paris. Me aplicó un spray sobre la muñeca y después de esperar unos segundos, la acerque a mi nariz y en cuanto aquel paraíso afrutado/empolvorado y avainillado invadió mis sentidos, lo supe. Esto es lo que estaba buscando! Terminé por comprar una pequeña botella de 30 ml... pequeña y costosa... pero mereció cada centavo de su alto precio.
Día tras día y hasta que mi madre terminó el perfume, mi hermana e yo nos colábamos donde ella solía guardar sus perfumes y cosméticos para coger el Oui-Non, quitarle el tapón y oler su maravilloso aroma. Nada más. No nos atrevíamos a echarnos ni una sola gota por miedo a no gastar ese precioso líquido, pero ese olisque robado nos sacaba siempre una sonrisa de alegria.

23 años después lo encontré casualmente a través del Internet y lo compré sin siquiera pensarlo. Lo recibí días más tarde, justo a tiempo para mi cumpleaños, lo abrí con ansias y me lo apliqué en la muñeca. Cerré los ojos despacio, y ahí estaba de nuevo... el mismo día soleado de abril, con mi precioso regalo en una mano y con la otra pegada a la nariz oliendo el verdadero significado de la felicidad. ¡Qué poco se necesita para ser feliz! Preciosos recuerdos aromáticos.

Notas: bergamota, notas verdes, piña, ciruela, melocotón, violeta; rosa Damascena, heliotropo, jazmín, raíz de iris, lirios del valle; ámbar, musgo, cedro y vainilla.






Comentarios

  1. Gracias x habernos contado esta historia ,
    De tu infancia , cuanto amor hay en ella
    Hacia tu madre y tu hermana , y que
    Suerte tiene de tener una hija como tú !!

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