Perfurelato: La Rosa de Sangre, Ecstasy by Tiziana Terenzi


Tiziana Terenzi, una marca conocida especialmente por sus velas perfumadas, presenta en 2012 su primera línea de Extrait de Parfum (extracto de perfume). Esta colección está inspirada en el fuego a través de cuatro experiencias diferentes: "El poder hipnótico del fuego y su belleza son siempre presentes en nuestras vidas, conectándonos con una gran poder simbólico con nuestras emociones y con todas las demás creaciones. Estos cuatro nuevos perfumes representan las cuatro etapas de una experiencia consumida por el fuego. A través del fuego, cada emoción, cada imagen, cada perfume revive y existe casi independiente de nuestros pensamientos. Nuestros perfumes captan el espíritu indomable de nuestras vivencias. La creación de estos perfumes viene después de una búsqueda sinfín de atrapar esas emociones. Estos perfumes representan el potente deseo Faustiano de atrapar un momento para siempre y la contante exploración de ego y non ego". Estas fragancias son XIX March, Esctasy, Gold Rose Oudh y White Fire. 

Ecstasy es la fragancia mística del ¨viaje más intenso hacia el fuego sagrado del alma, en búsqueda de la belleza absoluta¨. Notas de salida: pino, pícea, polvo de piedra. Corazón: incienso, pachulí, rosa, violeta y notas de base: sándalo, ámbar, tierras forestales, madera antigua. 
Es un perfume ahumado, terrenal y penetrante que invade tus sentidos de una manera tan profunda que no te queda más remedio que rendirte ante su inconfundible aroma. 
Hay muchos perfumes a base de rosa, pachulí e incienso en el mercado actual, pero ninguno como Ecstasy. 
Ecstasy es un perfume diferente y bastante especial. Tan especial que si no tienes la personalidad que requiere un perfume de estas características, puede acabar por llevarte el a ti. En un abrir y cerrar de ojos te transporta en medio de un bosque húmedo ... y te regala el verde del pino y la oscuridad del pachulí, el humo del incienso y el dulzor empolvorado de la rosa, la cremosidad del sándalo y el ámbar mezclados con el olor de la tierra.

Foto: AnayelPerfume.



El Copal y la Rosa de Sangre
 
El aire frio de la mañana le cortaba la respiración. Cada paso que daba era una tortura, el barro le cubría los pies hasta los tobillos y la humedad le llegaba hasta los huesos. La niebla no se había disipado todavía y no dejaba pasar ni un solo rayo de Sol. El aire estaba impregnado con el olor del incienso.
Cerró los ojos un momento para guardar aquellos olores en su memoria.
Source: Internet

Le encantaba el olor del incensó desde pequeño, desde cuando su madre le había abandonado en la puerta del monasterio y los monjes se habían apiadado de él y le habían criado como si fuese uno de ellos. No había conocido otra vida que la del Monasterio, pero tampoco le importaba porque era feliz entre esos muros, junto a sus hermanos. Le habían preparado durante 15 años para su misión, la de ser el Portador. Cada 50 años los monjes elegían a uno de ellos para ser el Portador de la Rosa, y ser elegido suponía un gran honor, pero también el mayor sacrificio. Este era el gran día. Sus ayudantes y acompañantes en su misión sagrada eran 30 Monjes Suplices (monjes preparados en un antiguo arte de combate, con una fuerza impresionante, entrenados para defender hasta su muerte al Portador, el Copal y La Rosa de Sangre). Tenían que llevar el Copal y la Rosa de Sangre a su destino -  a la Montaña de Piedra, enterarla en lo más adentro de la Cueva Negra y guardarla a salvo de las armadas del Rey con el precio de su propia sangre. El Copal siempre se había guardado entre los muros del Monasterio, pero el gran poder de la Rosa de Sangre suponía un peligro si caía entre las manos equivocadas, y el Rey la quería con cualquier precio. Su poder era dar vida eterna a todo aquel que la poseía y eso era para cualquier persona una razón más que suficiente para matar a quien intervenía entre él y el precioso Gral.

Habían huido de madrugada  y desde arriba, desde la colina, miraron con el alma en pena como la armada del Rey atracó El Monasterio para luego prenderle fuego con todos  sus hermanos dentro. 
Llevaban 25 días andando. Seguían caminando en silencio adelantándose más y más en el bosque frio y húmedo. El olor del incensó se mezclaba discretamente con el olor del Copal, de la Rosa de Sangre y con el verde del bosque. Le resultaba reconfortante y familiar, era el olor de su casa - El Monasterio.

 Llegaron a su destino, cansados y apenados. El peligro ya había pasado, estaban a salvo. Lo han conseguido. El Copal y la Rosa estaban por fín a salvo y mientras el vivía la iba a defender con su propia vida, con su sangre, igual que lo habian hecho todos los Portadores hasta entoncés. La Rosa era ahora su sangre.

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