Perfurelatos: Oda al amor - Stilettos on Lex by Jul et Mad Paris


           
He reservado este post para hoy porque es un día muy especial para mí y Jul et Mad Paris va a tener un papel importante, dado que he elegido a una de sus fragancias como mi acompañante en este nuevo comienzo de vida. La fragancia, como aroma, y los recuerdos o las emociones están siempre vinculadas entre sí y por eso he decidido buscar y elegir una fragancia especial, una fragancia que me haga siempre recordar estos momentos de felicidad.

Stilettos on Lex de Jul et Mad Paris es mi elección para celebrar este día de amor.



Source: www.juletmad.com



Lo supe desde la primera vez que impregnó mi piel con su aroma sensual. Es la fragancia de una mujer fuerte, elegante y al mismo tiempo delicada y fina. Son notas de limón, pera, licor de ciruela, lilirios del valle, hojas de violeta, rosa, iris, musgo, vainilla, pachulí y cedro que calzan unos impresionantes stilettos, con elegancia y una confianza extrema. Es mi perfume especial.

Mi perfurelato de hoy está dedicado al amor, al amor verdadero, al amor duradero en el espacio y en el tiempo, al amor que traspasa cualquier barrera y cualquier límite. Es ese amor que solamente se vive una vez en la vida, libre de prejuicios, un amor puro y totalmente desinteresado. No es una historia triste, todo lo contrario, es una historia emocionante que continúa más allá del pensamiento y de la razón.





Oda al Amor



Siempre que le miraba se sonrojaba    como una niña. Se perdía en el océano  azul de sus ojos. A veces con una sola  mirada se lo decían todo, no hacían falta  palabras.



Le echaba de menos. Todo su  universo se había hundido hace un año,  cuando él se fue. Habían pasado juntos  67 años. Dentro de nada estaría de  nuevo con él.



Sonríe. ¡ Ay, querido, que felices  hemos  sido! Se acuerda con ternura  aquel  primer beso que le robo. El volvía  de la  guerra y ella estaba entre la  multitud  reunida a recibir a sus militares  con  honores y flores.




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Más tarde le dijo  que  desde que la vio supo que ella era  su flor  y que sería su amada. Aquel  beso  robado salió en el periódico local y  revoluciono a todo el mundo en aquella  época. Se recordaba de la reprimenda  de su madre, enfadada de que su hija,  una joven respetable de 17 años, había  sido besada por un pobre militar. Un año  más tarde se daban el sí quiero en la  playa, acompañados por un par de  amigos, su madre no lo aprobó nunca.  Los hijos, muy deseados, no habían  llegado nunca, y después de muchos  intentos decidieron que solamente con  ellos dos bastaba para ser felices. Y lo  fueron, 67 años.

Sentada en su balancín con la foto del  beso robado y su perfume en la mano  cerró los ojos despacio. Cada año en su  cumpleaños le regalaba un perfume, el  mismo perfume, pero al del año pasado  ni siquiera lo había abierto. Lo abrió ella  al mes de su fallecimiento y lo echaba  encima de su almohada antes de irse a    la cama, así su querido la acompañaba  durante la noche, abrazándola en sus  dulces sueños. Era el aroma de su amor, de su felicidad.



Cayo en un sueño profundo... estaba a  oscuras. Había un punto de luz a lo  lejos y lo siguió despacio, con cada  paso que daba el punto se hacía cada vez más  grande y la luz la cegaba, pero no se tapo  la vista, no podía hacerlo... porque ahí  estaba el... esperandola... para  robarle otro beso.



¡Ay, querido, de nuevo juntos! ¡Juntos para siempre!





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